A los dos meses de iniciada la pandemia, ante la escasa entrega de trabajos por parte de grupos de estudiantes de 2do, 3ro y 4to año de secundaria, decidí cambiar la propuesta de contenido curricular por un encuentro asincrónico de reflexión.
Junto a mi hermano, que es psicólogo y docente, elegí un relato de Bucay. Si bien no me gusta toda su producción, en este caso fue pertinente. Les envié a les estudiantes un video con la lectura de «El elefante encadenado» y les conté porqué lo había elegido. Luego, les invité a contarme, a través del recurso que desearan, podía ser música, dibujo, poesía, audio o reflexiones, cómo estaban, qué les generaba la lectura, qué ideas venían a sus cabezas.
Tres rasgos principales de la propuesta
- Reflexionar sobre lo que nos pasa.
- Pensar cómo estamos frente a este contexto de pandemia.
- Buscar recursos para expresarnos.
¿Qué diferencia esta propuesta de las que se hubieran hecho en la presencialidad?
Seguramente no hubiera dedicado una clase a la auto-reflexión. Lo hubiera charlado en algún momento de la clase.
Una idea fuerte para compartir
La capacidad de desarrollar la conexión con nuestros estudiantes.